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Señales de que estás en una relación kármica

Señales de que estás en una relación kármica

por Christine Synastrie
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La montaña rusa de las emociones

Uno de los signos más comunes de una relación kármica es un torbellino de emociones. Suele ser un patrón de felicidad un día y de miseria al siguiente.
Si estás en una relación kármica, a menudo sientes que cada pequeña discusión o bache en el camino es el fin del mundo.
"Todas las relaciones tienen sus altibajos, pero en una relación kármica, los momentos difíciles se sienten como un peso siempre presente en el pecho.

 Señales de que estás en una relación kármica

1- Puede que no haya una etiqueta concreta o definitiva para esta relación, pero todavía no puedes decidir si la quieres en tu vida.
Las relaciones kármicas son cíclicas por naturaleza. Si el estado de vuestra relación es inestable y ambos estáis indecisos sobre si acabar con ella, probablemente no os la juguéis.
La lección: puede ser el momento de romper los patrones que están frenando tu crecimiento o comprometiendo tu bienestar. Los patrones cíclicos suelen ir acompañados de noches de insomnio y pensamientos obsesivos. Preguntarte dónde estás o qué quieres requiere tiempo y ancho de banda emocional. Pregúntese si vale la pena dedicar tiempo al debate o si puedo liberar tiempo para hacer o aprender otras cosas.
2. Tienes subidas emocionantes pero también bajadas trágicas
Hay veces que la conexión parece demasiado fuerte y sincera para ser real, pero también hay situaciones en las que las cosas van mal sin comunicación.
Claro, la química puede parecer cinematográfica. Pero la fantasía puede distorsionarse, y hay que preguntarse si la búsqueda de la euforia merece la pena.
La lección: es importante establecer límites en las primeras etapas de una relación. Estas conversaciones suelen ser difíciles de mantener, pero son necesarias para evitar malentendidos sobre los deseos, los planes de vida y las cosas que incomodan a la otra persona. Si sus acciones o su estilo de vida te llevan de un lado a otro, hablar de ello puede ayudar a despejar la niebla.
3. La relación se siente familiar o destinada
Cuando alguien te resulta atractivo, se liberan altos niveles de dopamina y norepinefrina que crean la percepción de sentirse atraído por su energía.
¿Alguna vez te has sentido hechizado por una persona sin poder explicarlo, sólo para que ocupe un lugar especial en tu vida?
Puede parecer tan natural y correcto, casi como si fuera el destino. Las parejas kármicas se manifiestan de la misma manera, pero su propósito es más como una guía que una relación de por vida.
La lección: las cosas que nos parecen buenas no siempre son buenas para nosotros. Es bueno disfrutar de las cosas sin apegarse a la idea de permanencia. Tal vez haya una lección que aprender de una atracción demasiado imprudente o sin restricciones.
4. Arrojan luz sobre tus miedos y las partes ocultas de ti mismo
Espiritualmente hablando, el karma es un ciclo infinito de acciones y consecuencias, y cualquier deuda contraída en una forma de conciencia será pagada en otra.
Puede reconocer los malos hábitos o las intenciones no tan inocentes de su pareja y reflexionar sobre sus propias decisiones. Puede que incluso le haga descubrir un nuevo miedo del que no era consciente antes.
La lección: las relaciones kármicas no están destinadas a durar, pero son valiosas para tu crecimiento. Las personas pueden ser un reflejo directo de uno mismo. Si notas proyecciones o si sacan a relucir tus peores miedos o inseguridades, tal vez esta relación haya llegado para ayudarte a notarlas y superarlas.
5. No puedes dejarlos ir, aunque te hayan decepcionado o herido.
En esta etapa puede reconocer patrones negativos o tóxicos.
Las parejas cíclicas suelen ser kármicas. Al igual que las sustancias químicas nadan para atraernos a otras, también lo hace nuestra capacidad natural de filtrar y combatir las amenazas a nuestro bienestar.
La lección: Dejar ir es quizás la anomalía más difícil de aprender, sobre todo si esa persona te facilita la permanencia. El arte del amor perdido se remonta al principio de los tiempos, pero también el arte de la curación.
Tal vez estés aprendiendo a aceptar realmente las cosas como son, o a dejar ir lo que no te sirve, aunque al principio no lo veas así.

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